20 años. 20 aprendizajes.

David Boronat
26 de junio de 2020 · 8 min de lectura

Hoy Multiplica cumple 20 años.

Sin poder evitar dar las gracias por tantas y tantas cosas a tantas y tantas personas que forman o han formado parte de Multiplica (una empresa que – al menos para mí – siempre ha tenido alma o lo más parecido a ella), os quiero compartir aquellas 20 cosas que me hubiera gustado que mi-yo-del-futuro me hubiera dicho hace 20 años. Sí, lo sé: ‘Son muchas’. Pero, es que han sido 20 años ;). Prometo ser breve.

Pero, dejadme hacer una especial mención a dos personas que para mí han tenido un significado muy especial en esta historia. Las dos personas con las que inicié Multiplica: Santi Mundi y Jacobo Álvarez. Sin ellos, ni Multiplica hubiera existido ni nunca hubiera escrito estas líneas que estás leyendo. Santi y Jacobo, ¡mil gracias!

  1. Siempre confía. Siempre. La confianza en una empresa lo es todo. La mejor manera de crear confianza en un equipo es empezar por uno mismo y ser tú el primero en quien realmente confíes. Confiar en tu equipo. Si no confías, mejor no lo tengas.
  2. Al final, todo – todo – es responsabilidad tuya. Como máximo responsable de un equipo, de un proyecto o de una organización, todo – absolutamente todo – es responsabilidad tuya. Si las cosas no pasan, nunca es porque no-sé-quién no hizo A o B. No hay excusas que valgan.
  3. Sin sueños no hay empresa que construir. Todo grupo necesita un reto, un sueño o un propósito. Sin él el grupo tenderá a marchitarse y poco a poco desaparecerá.
  4. O encuentras el equilibrio y disfrutas por el camino, o simplemente no aguantarás. Crear una empresa es un maratón, nunca un sprint. El maratón es largo, muy largo, con muchos bajones en múltiples momentos. O disfrutas de la carrera y lo haces de manera equilibrada (trabajando lo necesario, no más) o es muy difícil que la logres terminar.
  5. Eres tú quien tiene que crearse sus propios chutes de energía.  Esa carrera requerirá que te reinventes. No sólo tu empresa, sino tú. Reinventarse asumiendo nuevos roles, viviendo en otro país o escribiendo un libro. Como sea. Pero, esa reinvención es la que te dará la energía para seguir empujando como el primer día. Reinventarse es tu responsabilidad. De nadie más.
  6. Escoge muy bien qué batallas debes ganar. Nunca batalles todas las batallas. Aprende a escogerlas muy bien. Sino, el desgaste tendrá en ti y en tu equipo un precio demasiado alto que pagar.
  7. Tu ego es tu peor enemigo. Mátalo tanto como puedas. El ego nos lleva a empujar, liderar o emprender. Es bueno bien utilizado. Pero, también es nuestro peor enemigo (especialmente si te va bien). Domestícalo. Mátalo tanto como puedas.
  8. No dejes cadáveres por el camino. Una empresa es como un tren donde se sube y se baja gente todo el tiempo. Cuida y mucho cómo sale la gente. Sin dejar heridas. Sin dejar cadáveres. Provoca salidas satisfactorias, al menos razonables. La vida da muchas muchas vueltas.
  9. Protege y defiende tu equipo como si de familia se tratara. Las empresas pueden ser familias. Sí. Otro tipo de familia (si quieres), pero familia al fin y al cabo. Protégela y defiéndela como merece.
  10. Todo se puede aprender. No hay nada que no puedas aprender si te lo propones. Con internet, algo de tiempo y la suficiente curiosidad no hay nada que no puedas aprender en poco tiempo. Si en alguna conversación hay algo que no sabes, no importa, anótalo y googlealo en algún momento. Lee todo lo que puedas. Conviértete en el estudiante eterno.
  11. La creatividad se desarrolla. Dedicamos muy poco tiempo a pensar. Demasiado ordenador y teclado y poca hoja de papel y lápiz. La creatividad aplicada a repensar la propuesta de valor de tu empresa, la marca de un nuevo producto o servicio o cómo llegar a acuerdos con socios o clientes es tan tan importante, y no viene dada, no es innata. Simplemente se desarrolla.
  12. Siempre hacia adelante. Hay que mirar siempre hacia adelante, nunca hacia atrás, solo lo necesario para coger impulso. Visualiza e imagina cómo será el futuro. Muy probablemente, acabará sucediendo.
  13. Siempre habrá quien le encuentre un “pero” a lo que propongas. Liderar es proponer. Nunca propondrás a gusto de todos, no importa, sigue adelante. Fíate de tus instintos.
  14. Aprende a no precipitarte. No todo tiene que suceder en este instante. Muchas cosas necesitan de cierto tiempo para procesar o entender. Muchas cosas caen por su propio peso. No tengas prisa. Aprendre a gestionar tus emociones y a no precipitarte.
  15. Sé buena persona (incluso aunque no lo seas). Si quieres ser un referente y un buen líder para tu equipo, sé primero persona. Buena persona. Aunque no lo seas, será siempre la mejor manera de sacar lo mejor de ti y de tu equipo. Sé honesto. Sé íntegro. Sé bueno.
  16. Da siempre antes de esperar recibir algo a cambio. El karma existe. Da sin esperar nada a cambio y acabarás recibiendo mucho más de lo que has dado.
  17. Si quieres emprender, es mejor que cuides tu hígado. Emprender es una experiencia increíble, pero sin lugar a dudas no todo el mundo está preparado para hacerlo. Emprender es ser optimista cuando nadie puede serlo. Emprender es perseverar. Es saber sufrir. Son pocos los negocios que van bien desde el principio y menos los que en algún momento no dejan de ir bien. Emprender es superar obstáculos y convivir con el miedo al fracaso. Desarrolla esa virtud. Cuida tu hígado. Lo necesitarás.
  18. Esto es un juego en equipo. Con tu instinto, tu ilusión y tu esfuerzo no basta. Dicen que si quieres ir rápido, ve solo. Pero, si quieres llegar lejos mejor que lo hagas con otros. Ten socios, muchos si hace falta. Ten equipo y aprende a jugar como uno más.
  19. Nadie te está esperando. Hoy en día siempre hay más oferta que demanda. En cualquier cosa que hagas. Si no hay oferta, preocúpate porque probablemente no hay demanda. Al entrar a un nuevo mercado o segmento, nadie te estará esperando. Más vale que salgas a buscarlo y conectar con él lo más antes posible.
  20. Al final, te quedarás con las relaciones que hayas sido capaz de construir. Más allá de lo construido, al final solo te quedarán aquellas risas y aquellos grandes momentos y sobre todo las relaciones que hayas desarrollado en el tiempo. Relaciones que sepas mantener y construir incluso más allá de la empresa.

Lo más curioso de todo. De estos 20 años. Es que tengo ganas de 20 años más.

¿Enfermizo, no? 😉

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